Traducción: Ya salí de la universidad y ¿ahora qué?

Hace casi una década me hice la misma pregunta y no fui la única, mis compañeros también y en años recientes sigue siendo la pregunta latente en cursos de capacitación que he impartido.

A lo largo de mi carrera profesional he visto, escuchado y vivido varias cosas que me han puesto a pensar lo diferente que sería tener esta conversación con muchos estudiantes de traducción e interpretación (antes y ahora), incluso antes de seleccionar su especialidad.

Una de las bellas características de la traducción es trabajar de forma independiente, freelance, y en las universidades no siempre nos preparan para este estilo de vida (por que sí, es un estilo de vida, hay que cambiar muchos hábitos y crear nuevos). Pero nunca es tarde para comenzar a prepararse, incluso si no se planea desde los estudios llevar la carrera por este camino. Se puede comenzar por ejemplo, con la creación de una presencia profesional en línea a través de Twitter y LinkedIn, crear un sitio web personal y asistir a eventos tales como seminarios y conferencias. También puedes utilizar este tiempo para investigar posibles clientes o agencias y saber qué tipos de requisitos solicitan como software que utilizan, experiencia que requieren, pruebas de traducción, etc.

Como en todas las carreras existen desafíos y como en todas las carreras existe el gran círculo vicioso “para conseguir trabajo se necesita experiencia, pero la experiencia se consigue trabajando”. Entonces, estoy por terminar la universidad o ya terminé y ¿cómo consigo trabajo si la agencia solicita 2 años de experiencia?

No hay una respuesta exacta ni correcta, pero puedes tomar en cuenta que muchas empresas o agencias evalúan a sus posibles traductores por medio de pruebas de traducción y habilidades lingüísticas, en algunos casos se enfocan más en esto que en tiempo específico de experiencia, aunque ésta sí tiene valor curricular.

También por eso existe el servicio social o pasantías, el tiempo que pases realizando actividades en estos ámbitos también cuenta como experiencia, obviamente las actividades a realizar deben formar parte de la especialidad o de la carrera estudiada.

Estamos en el 2019, el mundo gira entorno a internet y a las redes sociales, entonces hay que aprovechar las plataformas que pueden ayudarte a destacar en este océano que es la industria de la traducción. Por ejemplo, Twitter, es una plataforma dónde te puedes mantener al día con las últimas noticias de la industria y practicar las habilidades de escritura. Después de todo, reducir mensajes a 280 caracteres es una especie de ejercicio de escritura. No olvides mantener las publicaciones a nivel profesional, es muy común y una buena práctica mantener incluso dos cuentas: una profesional y una personal. ¡Recuerda que tus colegas y posibles empleadores pueden ver todo lo que se publica! Y no es divertido que un cliente vea la foto dónde te etiquetaron y estás con cara de más de 5 copas.

Una forma de consolidar tu presencia en línea es tener tu propio sitio web. Antes de empezar con tu página hay que ser honestos y preguntarte ¿sé qué es? ¿puedo crearla yo solo? si la respuesta es “más o menos” o un rotundo “no”, mejor busca a un profesional para tener un buen resultado, recuerda que la página va a ser el reflejo total de tu persona como profesional.

Relaciónate con gente que se dedique a la traducción, como lo mencioné anteriormente, Twitter es un buen lugar para comenzar pero existen otros como LinkedIn para empezar a crear y ampliar tu red de profesionales, de está forma estarás al tanto de noticias, eventos o incluso podrías contactar clientes.

No todo es digital aún, si asistes a eventos o conferencias de la industria no olvides socializar profesionalmente (networking). Puedes acercarte a colegas que se dediquen al mismo par de idiomas o campos y áreas de especialización. Recuerda que las redes sociales permiten contacto con las personas antes y después de conocerlas personalmente, por lo que si el tiempo de contacto en sitio es poco puedes retomar la conversación por medio de diferentes canales de comunicación.

Es indispensable que tengas conocimientos sobre cómo utilizar una computadora, ¿Qué sería de un dentista si no supiera utilizar bien un espejo bucal?

La computadora es la herramienta principal de los traductores, de hecho es la más importante, por lo que hay que invertir tiempo, dinero y espacio para no llenarte de problemas a mitad de un proyecto. Investiga primero que tipo de equipo es el que mejor cubre tus necesidades, por ejemplo, si necesitas viajar mucho o no tienes un sólo lugar para trabajar, una computadora portátil es la mejor opción pero recuerda que ya saliste de la escuela y la netbook que cabe en cualquier lado no cumple con los requisitos mínimos para trabajar con grandes archivos ni para instalar programas especializados.

(Haz clic aquí para leer más acerca de cómo escoger la computadora ideal para traducir).

Estos programas también son herramientas de trabajo como las herramientas de traducción asistida por computadora (TAC), existen varios programas qué hacen que la vida de un traductor sea mucho más fácil. Y es indispensable que inviertas tiempo para aprender a usar toda la tecnología necesaria, desde cómo enviar un correo electrónico hasta hacer uso de estas herramientas especializadas. Creo firmemente que la tecnología debería incluirse en todas las tiras de materias de traducción; es una excelente forma de dar a los estudiantes una idea de las habilidades que necesitan para triunfar más allá de la traducción y la escritura.

Las mejores herramientas no son baratas, pero son necesarias. Antes de comprar, es recomendable que pruebes algunas opciones. La mayoría de las herramientas ofrecen períodos de prueba gratuita lo que permite a los traductores darse una idea de cómo funcionan antes de adquirirlas.

Jamás dejes de aprender, todo los días, cada mes, las cosas van cambiando, por eso no pares de estudiar y de aprender, toma cursos, certifícate, mantente actualizado.